domingo, 28 de febrero de 2016

Deseos y palabras

¿Querías dolor? Aquí lo tienes, y en su forma más pura. Te torció el alma hasta hacerla gritar, arrodillada en un mar de lagrimas invisibles pide clemencia; fue un dolor lento y prolongado con un estallido final, como si de fuegos artificiales se tratase; te dio justo donde más te duele: el amor no correspondido . Ya lo habías experimentado, pero en su forma más suave; en frente tuyo están las lagrimas de lo que no pudo ser. El amor que construiste en la noches de insomnio, en la soledad más infinita del planeta, se te escapó de las manos.
¿Ahora qué? ¿Cuál es el siguiente deseo? Ten cuidado, las palabras tienen más poder de lo que piensas. 

domingo, 21 de febrero de 2016

En el borde

En el borde de la finitud,
acudo al oráculo
preocupado por mi destino

¡Oh, sabio conocedor! 
¿Qué será de mis pasiones?
¿Qué será de mis dolores?

Porque mi vida es un circulo,
una incesante repetición
donde el dolor se multiplica
y la esperanza se agota.

Una mirada

Solo con una mirada,
Logró que viera todo simultáneamente;

Solo con una mirada,
Me destruyó y me volvió a construir;

Solo con una mirada,
Me hizo saber que no debo preocuparme;

Solo con una mirada me hizo humano,

Solo con una mirada.

Un sueño


Solo hay oscuridad. No se distinguen figuras, objetos o personas. Estoy solo de pie observando el infinito mar negro que hay ante mis ojos. Empiezo a tener consciencia de mi cuerpo. Veo mis manos, muevo lentamente cada uno de los dedos, articulación por articulación. Ya no hay infinito.

Me agacho lentamente, siento un profundo dolor en mi pecho. Mi cara se contrae, como si me hubieran golpeado. Lagrimas empiezan a correr por mis mejillas, una competencia en la que gana la primera en tocar el suelo negro. Me siento feliz, dichoso. Una sensación de plenitud se apodera de mí ser. Por primera vez, en dos años, logré llorar.


Un segundo después, desperté.

Y mataron al gato


Éramos los dos sentados en un colchón azul frente a un computador. La habitación era pequeña y la 
adornaban los vestigios de una temprana mudanza. La única luz era la del cuarto contiguo, una penumbra nos acariciaba parcialmente.
Hablábamos de nuestra vida, de lo que nos gustaba y nuestras esperanzas. La película era la música de fondo en aquel momento infinito, donde el tiempo tomó su sombrero y se fue, entendiendo que aquel instante era místico, sumamente especial.
No es amor, es algo que trasciende esa barrera ¿Cuándo el mundo ha visto un par de personas tan afines? En las discusiones no tardamos en ponernos de acuerdo, nuestros gustos musicales son idénticos y disfrutamos de la buena literatura. Nada podía salir mal.
-¿Ya te tomaste la cerveza?- pregunté.
-No, no creo que me la tome. Estoy tomando pastas, me da miedo que me brote.- respondió.
-Si pilla, botando la plata ¿Pastas de qué?
-Pastas
-¿Pero de qué?, ¿Por qué no me dice?- insistí.
Un breve silencio imperó entre nosotros. Poco a poco sentí como una pared nos separaba.
-Estoy planificando.

Sobre mi mano izquierda cayó una gota de agua salada.